No sé como reaccionar ante algunas cosas. Ayer recibí un
email de la editorial Luerzer's Archive, para decirme que había sido
seleccionado como uno de los 200 mejores ilustradores del mundo. Y lo cierto es
que tras la alegría y la sorpresa, siempre pienso que vale, puede que mi
trabajo no esté mal, debo ser objetivo, pero no creo que esté ni entre los
20.000 mejores. Aún así, que se me tenga en cuenta dentro de esa exclusiva
lista, es una auténtica pasada. No soy el mejor dibujando a mano, ni con
vectores, ni pintando, ni modelando en 3d. Cada día me maravillo con las cosas
que hace la gente de este mundillo, se me cae la baba con la de artistas de
gran calidad que hay hoy en día. Paso habitualmente por sitios como Behance y
no puedo evitar sentir envidia sana. Hay cosas fantásticas. Gente increíble.
Y
siempre pienso lo mismo -¡joder! me encantaría saber hacer eso!- Quizás, ese
¡joder! es la chispa de todo. Siempre quiero ser mejor. Siempre quiero
aprender. Eso si que es cierto. Y quizás eso es lo que hace que no deje de
dibujar ni un solo día. Ahora mismo, aparte de mi trabajo, tengo mucho más
trabajo en casa, en horas en las que otros concilian la vida familiar, ven
series, están en el sofá o crían hijos, yo me paso el tiempo dibujando, creando
y sobre todo intentando crecer. Sin ir más lejos, ahora estoy centrado en
ilustrar una serie de libros que verán pronto la luz, y cada ilustración que
hago me lleva a un nuevo límite, me propone un nuevo reto, y lo disfruto, y
disfruto mucho viendo mi evolución.
Recuerdo cuando hace ya 15 años más o menos, entraba en
3dtotal.com, página de referencia de infografía, CGI y VFX. Veía ilustraciones
en 3d que me hacían flipar y soñaba con ser como ellos. En dicha web tenían una
galería, digamos de élite, donde los moderadores de la página seleccionaban las
miles de imágenes que les llegaban de todo el mundo, y solo publicaban las
mejores, una o dos al día como mucho. Y claro, yo quería aparecer ahí. Pero
obviamente no daba la talla ni como modelador, ni como iluminador, ni como
renderizador, ni como nada en realidad. Pero comencé a mandarles mis trabajos.
Tuve que leer emails (muy educados, eso sí) rechazando cada una de las imágenes
que les enviaba. No llegaban a la calidad suficiente para ser publicadas. Pero
decidí que si quería ser bueno con el 3d, tenía que conseguir salir ahí. Así
que no dejé de intentarlo. Recibí unos 40 rechazos. Hasta que un día me
dijeron, nos gusta, esta imagen es genial, la vamos a publicar. Nadie sabrá
nunca la alegría que sentí. Iba a ser publicado en una de las galerías de 3d
online más prestigiosas del mundo.
Más tarde, 3dtotal publicaron una serie de libros llamados
"Digital Art Masters", donde recogían lo mejor de lo mejor, los 50
mejores artistas 3d del momento. Y aparecí entre ellos. Si no recuerdo mal, el
tío que salía en las páginas anteriores a donde estaba yo trabajaba en Pixar, y
el siguiente a mi estaba trabajando en una peliculilla de nada, en El Ataque de
los Clones. Me sentí como un dios. Luego llegaron más libros, estuve tres años
consecutivos entre los mejores del mundo en cuanto a 3d. Más tarde llegaron
otras inquietudes, como el diseño de personajes. Salí en libros, revistas detodo el mundo. En 2013 fui elegido uno de los 200 mejores artistas digitales
del mundo. Y ahora uno de los mejores ilustradores.
¿Y para que os cuento todo esto? Para deciros que no. Que no
lo soy. La gente a menudo menciona mi talento. Mi arte. Y no, no tengo un
talento especial. Realmente no soy especialmente bueno en nada concreto. Pero
si tuviera que destacar algo de mi, algo que es lo verdaderamente importante.
¿Sabéis que es? Mi ENORME PE... Perseverancia. Si no soy bueno en algo, no paro
hasta serlo. Y está claro que hay gente con más talento para ciertas cosas,
pero el talento sin trabajo no es nada. Y la gente que consigue el éxito profesional
es a base de un 95% de trabajo y un 5% de talento.
Así que aquí os dejo esto, para que reflexionéis. Para que
sepáis que con ciertos valores como el trabajo duro y no rindiéndote nunca, al
final se puede ser lo que uno quiera ser.
Y perdón por el tocho motivador en plan Paulo Cohelo, no era
mi intención!!
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